La escasez de vacunas en Venezuela se ha convertido en un problema crónico que afecta a miles de familias.
«Encontrar vacunas gratis es una cacería», admitió un trabajador del Distrito Sanitario Nº 3, ubicado al oeste de Caracas, mientras organizaba las filas de personas que buscaban inmunizarse.
En el centro de salud, solo estaban disponibles la vacuna pentavalente para niños y las vacunas contra el tétanos y la fiebre amarilla para adultos.
El establecimiento no ha recibido insumos desde marzo pasado, lo que ha generado frustración entre los pacientes.
Elizabeth, madre de dos niños de 3 años, visitó cuatro centros públicos en busca de la vacuna contra la polio sin éxito.
«Llegué a las 6:00 am, para que a las 10:00 am me digan que no hay la vacuna», comentó.La situación se repite en otros centros de salud.
El Ambulatorio Docente de la Universidad Central de Venezuela solo dispone de la vacuna de polio oral para menores de un año y la pentavalente, con una disponibilidad limitada.
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Causas y consecuencias de la crisis
Según Huniades Urbina, presidente de la Academia Nacional de Medicina, la cobertura de vacunación en Venezuela está por debajo del 50% de la población. Esta deficiencia expone a niños y adultos a enfermedades prevenibles.
La crisis se atribuye a políticas públicas inefectivas y a la deuda del país con el Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Venezuela debe 11 millones de dólares, lo que impide la normalización de la distribución de vacunas.
Las vacunas que han llegado al sistema de salud público en los últimos cuatro años son principalmente donaciones de organizaciones internacionales, lo que ha creado una dependencia de donativos.
La situación es particularmente grave en el caso de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), que aunque está incluida en el esquema de vacunación desde 2015, nunca se ha aplicado de forma gratuita en los hospitales públicos.