Las alarmas han sonado en Italia ante la posible amenaza de colapso de otro icónico edificio inclinado.
En esta ocasión, la Torre Garisenda de Bolonia ha despertado preocupación, lo que ha motivado la urgente implementación de un plan de rescate similar al utilizado en la famosa Torre de Pisa.
Construida en el siglo XII en medio del esplendor histórico de la ciudad, la Torre Garisenda, con sus 48 metros de altura, comenzó a inclinarse dos siglos después de su construcción. En la actualidad, presenta una inclinación de cuatro grados, superando ligeramente a su famosa contraparte de Pisa, que se inclina a 3,9 grados.
El cierre temporal de las calles circundantes a la Garisenda a finales del año pasado fue el primer paso para evaluar su estado y determinar el riesgo inminente de colapso, según indicaron los científicos.
El alcalde de Bolonia, Matteo Lepore, anunció recientemente la implementación de un plan de salvamento que contempla el despliegue de torres y cables utilizados previamente en la restauración de la Torre de Pisa, junto con andamios de acero adaptados para evitar una tragedia.
«Este procedimiento asegurará la estabilidad de la torre», declaró Lepore durante una conferencia de prensa, destacando que también se podría permitir la reapertura al público de la Torre Asinelli, una estructura más alta ubicada junto a Garisenda.
Se estima que serán necesarios alrededor de seis meses para adaptar los equipos provenientes de Pisa a la Torre Garisenda, con un coste total del proyecto calculado en 19 millones de euros. Posteriormente, se llevarán a cabo trabajos de consolidación en la mampostería de la torre, utilizando una mezcla de mortero compatible con el material original.
Una vez instalados los andamios y cables conectados a los pilones de acero, se reducirá la tensión en la base de la torre, aumentando su estabilidad y seguridad.
A pesar de ser menos conocida que la Torre de Pisa, la Torre Garisenda ha sido un atractivo turístico en Bolonia durante años. Incluso Dante Alighieri la inmortalizó en su poema «La Divina Comedia». Junto a ella se encuentra la Torre degli Asinelli, también inclinada pero con menor grado de inclinación.
La Torre de Pisa, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, enfrentó su propio desafío de estabilidad en los años 90, desencadenando un esfuerzo internacional para preservarla que duró ocho años.