La provincia oriental china de Shandong ha sido golpeada por un tornado que ha dejado al menos cinco personas fallecidas y 83 heridas, según la Oficina de Gestión de Emergencias de Heze.
El evento de convección sorprendió a la región el viernes, causando una tragedia que ha dejado a comunidades enteras afectadas.
Impacto devastador en infraestructuras y agricultura
El fenómeno meteorológico ha ocasionado daños significativos en la infraestructura local, con una evaluación preliminar que revela 2.820 viviendas afectadas y cerca de 40 kilómetros cuadrados de terrenos agrícolas perjudicados.
Además, se han reportado averías en 48 líneas eléctricas, provocando interrupciones en el suministro de energía para la región.
En medio de este desastre, cabe destacar que China ya se encontraba en alerta por un aumento en el riesgo de desastres naturales durante el mes de julio, debido a las condiciones climáticas adversas que podrían agravar aún más la situación.
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Rotura de dique en Hunan desata evacuaciones y alerta de inundaciones
Por otro lado, la provincia central de Hunan se ve amenazada tras la rotura de un dique en los alrededores del lago Dongting, el segundo lago de agua dulce más grande de China.
Esta emergencia ha obligado la evacuación de miles de residentes y ha generado una alerta de inundaciones en la zona.
Equipos de rescate, incluyendo bomberos y policía armada, están desplegados en la región para gestionar la crisis.
Una brecha inicial en el dique, que continúa ensanchándose, ha llevado a la reubicación de aproximadamente 5.000 habitantes afectados. Esfuerzos se centran en contener el avance del agua, con la construcción urgente de una segunda barrera recomendada por expertos en prevención de inundaciones.
Xi Jinping llama a proteger vidas y propiedades
Ante estas emergencias, el Presidente chino, Xi Jinping, ha hecho un llamado a intensificar los esfuerzos para proteger la vida y las propiedades de las personas afectadas por estos catastróficos eventos.
Más de 2.300 miembros del personal de rescate trabajan incansablemente para establecer una segunda línea de defensa contra las crecientes inundaciones, priorizando la seguridad y bienestar de la población.
En el contexto de una nación que lidia con múltiples desafíos naturales, la solidaridad y coordinación son clave para superar estas pruebas y mitigar el impacto en las comunidades vulnerables.