El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia convocó el lunes a la embajadora estadounidense, Lynne Tracy, para protestar por el uso de misiles estadounidenses en un ataque ucraniano contra la Crimea ocupada por Rusia, en el que murieron cuatro personas y más de 150 resultaron heridas.
Rusia acusó a Estados Unidos de «efectivamente convertirse en participante» en la guerra al proporcionar armas avanzadas a Ucrania. El ministerio advirtió que «definitivamente habrá represalias», sin dar más detalles.
Según Rusia, los misiles utilizados fueron ATACMS de fabricación estadounidense. El ministerio afirmó que la programación de los misiles es realizada por expertos militares estadounidenses, por lo que EEUU comparte «igual responsabilidad por esta atrocidad» que las autoridades ucranianas.
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Rusia también declaró que «permitir ataques profundamente dentro de territorio ruso no será tolerado». Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso aseguró haber golpeado un «importante centro logístico» de las fuerzas ucranianas donde se almacenaban misiles y otras armas suministradas por Occidente.
Ni Estados Unidos ni Ucrania han respondido a las acusaciones rusas. La asistencia militar occidental ha sido clave para que Ucrania mantenga a raya a las fuerzas rusas en el conflicto, que se extiende por más de 1.000 kilómetros en el este y sur del país.