Un grupo de migrantes venezolanos que se encuentran actualmente en un campamento migrante al sur de la capital de Chihuahua denunciaron que están siendo extorsionados y abusados por trabajadores de la empresa Ferromex y por las autoridades mexicanas cuando intentan subir a los vagones del tren La Bestia, que utilizan para llegar a la frontera norte de México.
Los migrantes afirman que los guardias les cobran una tarifa de 1.000 pesos mexicanos, casi 60 dólares por persona, para permitirles subir al tren. Sin embargo, incluso después de pagar, los trabajadores de Ferromex a menudo dejan que el tren se vaya sin ellos y los obligan a salir de los patios a golpes.
«Los mismos guardias nos dicen que van a parar a uno de los trenes que va a Juárez para que podamos subir si les damos dinero, y a pesar de que pagamos, los trabajadores dejan que La Bestia se vaya y nos sacan de los patios a punta de golpes», comentó Sharon, una de las migrantes del grupo, al diario El Heraldo de Juárez.
Franklin, otro migrante venezolano, agregó que además de las extorsiones, también son amenazados con ser abandonados en el desierto o en zonas deshabitadas si no pagan.
«Los dejan en medio de la nada y luego les piden otros 600 pesos para sacarlos del desierto, si no, ahí se quedan, como a los que dejaron en Jiménez», dijo Franklin al diario El Nacional.
La Bestia es uno de los medios más utilizados por los migrantes que buscan llegar a la frontera sur de Estados Unidos, a pesar de los riesgos que implica. Muchos migrantes perdieron la vida al caer del tren o han sufrido graves lesiones.
Las extorsiones y abusos que sufren los migrantes en su camino hacia la frontera norte de México son un problema grave que debe ser abordado por las autoridades mexicanas.