En una charla reciente en el podcast «Politickin'», Jimmy Kimmel abrió su corazón sobre su renuncia a ser el presentador de los premios Oscar por quinta vez consecutiva, una decisión que ha sorprendido a muchos seguidores y críticos de la industria del cine.
Según Kimmel, el desafío de mantener el equilibrio entre la preparación para los prestigiosos premios y su programa nocturno, «Jimmy Kimmel Live», ha sido el factor determinante en su elección.
El reconocido presentador expresó que «es difícil y es mucho trabajo y el programa lo sufre un poco para ser honesto».
Dificultades y distracciones: el peso de los Oscar para Kimmel
Durante la conversación, Kimmel compartió que cuando está inmerso en los preparativos para los Oscar, encuentra dificultades para concentrarse completamente en su propio programa, lo cual le llevó a concluir que este año no estaba dispuesto a asumir esa carga adicional.
Con cuatro presentaciones exitosas previas en los premios Oscar (2017, 2018, 2023 y 2024), Kimmel admitió que el tiempo y la energía requeridos para el evento cinematográfico más esperado del año terminaban afectando la dinámica de su show nocturno.
Explorando su lucha por encontrar el equilibrio, destacó que posponer compromisos hasta después de la gala era un desafío recurrente que le distraía del presente.
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Un desafío personal y profesional
El anfitrión reveló que su enfoque total en la organización de los Oscar influía incluso en sus colaboradores, mencionando que sus guionistas del late-night también se veían afectados al tener que dividir su atención entre ambos proyectos.
A pesar de disfrutar del proceso y de alcanzar buenos resultados, Kimmel reconoció que el desgaste emocional y físico tras tres años consecutivos como presentador le influyeron en su decisión actual.
Ante la incertidumbre sobre quién liderará la edición 97 de los premios Oscar, programada para el 2 de marzo de 2025, Kimmel reflexionó sobre la ardua tarea que conlleva el rol de presentador, señalando que muchos potenciales candidatos rehúsan aceptarlo debido a su exigencia y la presión asociada a un evento de tal magnitud.
En un cierre marcado por la honestidad y la introspección, Jimmy Kimmel destacó que, si bien ser el anfitrión de los premios Oscar conlleva una gran satisfacción cuando todo sale bien, la complejidad y las demandas del cargo justifican su decisión de dar un paso al costado este año, priorizando su bienestar y el rendimiento óptimo de sus programas en medio de un entorno competitivo y demandante en la industria del entretenimiento.
La expectativa por conocer quién será el conductor de la noche de los Oscar 2025 crece, mientras los nominados para la prestigiosa ceremonia serán anunciados el 17 de enero de dicho año.