El 20 de agosto de 1989, una llamada al 911 desde Beverly Hills marcó el inicio de uno de los casos criminales más impactantes en la historia de Estados Unidos. “¡Alguien ha matado a mis padres!”, gritó Lyle Menéndez al operador, desatando una serie de eventos que revelaría un oscuro secreto familiar. José Menéndez, un prominente ejecutivo en la industria del entretenimiento, y su esposa Kitty, una ex profesora, fueron encontrados asesinados a tiros en su hogar. Inicialmente, el crimen fue considerado un robo violento, pero pronto se descubrió que los asesinos eran sus propios hijos, Lyle y Erik Menéndez.
A pesar de los intentos iniciales de culpar a terceros, las evidencias y la confesión de uno de los hermanos llevaron a su arresto. Durante el juicio, emergieron desgarradoras revelaciones sobre abusos físicos, emocionales y sexuales que los hermanos afirmaron haber sufrido a manos de su padre. En 1996, tras un proceso judicial mediático y lleno de controversias, ambos fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por asesinato en primer grado.
La historia de los Menéndez ha sido objeto de un análisis constante por parte de los medios y la opinión pública, inspirando documentales y series que exploran las motivaciones detrás de sus acciones. En 2023, la serie «Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez», creada por Ryan Murphy, volvió a poner a los hermanos en el centro del debate. Desde su reclusión, han criticado la serie por su representación distorsionada y han luchado para que se escuche su versión de los hechos.
Durante más de dos décadas, Lyle y Erik estuvieron separados en prisiones distintas. Lyle fue recluido en Mule Creek State Prison, mientras que Erik cumplía su condena en la Prisión Richard J. Donovan en San Diego. Aunque no podían verse, mantenían comunicación a través de cartas e incluso jugaron al ajedrez por correo. En 2018, finalmente se reencontraron en una emotiva reunión que dejó a ambos en lágrimas. Desde entonces, han trabajado para reconstruir su relación y mantenerse activos dentro del sistema penitenciario.
Lyle se convirtió en presidente del gobierno de reclusos en Mule Creek y ha brindado apoyo emocional a otros prisioneros que han sufrido abusos. Erik se casó en 1999 con Tammi Ruth Saccoman y ha encontrado consuelo en el arte, dedicándose a la pintura y colaborando en proyectos de reforma penitenciaria. Ambos hermanos continúan afirmando que el asesinato de sus padres no fue motivado por dinero, sino por miedo y trauma acumulado durante años.
La serie «Monstruos» ha reavivado el interés público por su caso, pero también ha generado controversia. Erik ha expresado su descontento con la producción, denunciando que perpetúa mentiras dañinas sobre sus vidas. Lyle también ha criticado la serie por simplificar la complejidad del abuso masculino y restar importancia a las experiencias traumáticas que vivieron.
A pesar de estar cumpliendo cadena perpetua, los Menéndez no han dejado de luchar por su liberación. En mayo de 2023, sus abogados presentaron una petición de habeas corpus respaldada por nuevas pruebas que podrían cambiar el rumbo del caso. Entre estas pruebas se encuentra una carta escrita por Erik a su primo meses antes del crimen, donde detalla los abusos sufridos por parte de su padre. Además, el testimonio de Roy Rosselló, un exmiembro del grupo Menudo que también fue víctima de abuso por parte de José Menéndez, ha añadido una nueva dimensión al caso.
A pesar de estas nuevas evidencias, la Oficina del Fiscal del Distrito del Condado de Los Ángeles aún no ha decidido si reabrir el caso. Mientras tanto, los hermanos Menéndez siguen defendiendo que sus acciones fueron una reacción a años de abusos y no motivadas por codicia.
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Más de tres décadas después del crimen que conmocionó a Estados Unidos, la historia de los Menéndez sigue dividiendo opiniones. Algunos creen que su condena fue justa; otros piensan que las nuevas pruebas merecen ser evaluadas en un juicio más equitativo. Por ahora, ambos hermanos continúan cumpliendo su condena con la esperanza de que algún día se escuche plenamente su versión de los hechos.