El FBI ha identificado a Thomas Matthew Crooks, de 20 años y residente de Bethel Park, Pensilvania, como el sujeto implicado en el intento de asesinato del expresidente Donald Trump el 13 de julio en Butler, Pensilvania.
El ataque ocurrió durante un mitin de campaña de Trump, quien resultó herido en la oreja derecha, aunque su vida no corre peligro.
Ocho disparos dejan un muerto y dos heridos graves
Crooks, que usó un fusil tipo AR-15, disparó ocho veces antes de ser abatido por agentes del Servicio Secreto. Una de las balas alcanzó a Trump, mientras que el atacante causó la muerte de un asistente al mitin y dejó otros dos heridos de gravedad entre el público.
Motivaciones y posibles cómplices aún desconocidos
Las autoridades desconocen por ahora las motivaciones de Crooks y si actuó solo o contaba con cómplices. El FBI había pedido ayuda ciudadana para identificar al tirador, cuya identificación se demoró debido a que no llevaba documentos encima cuando fue encontrado en el tejado donde realizó los disparos.
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Probable revisión de la seguridad de Trump
El ataque probablemente conducirá a una revisión de la seguridad del expresidente y a que en el futuro se le brinde un nivel de protección más parecido al de un presidente en funciones, según expertos.
«Habrá una revisión intensiva del incidente y una realineación masiva», afirmó el exagente del Servicio Secreto Joseph LaSorsa.
El ataque marca un «antes y un después» en la campaña, que ya de por sí estaba muy polarizada y convulsa.
Ambas campañas, tanto la de Trump como la de Biden, han entrado en una «especie de pausa» mientras se investigan los motivos del atentado y los fallos de seguridad que lo permitieron.
El hecho de que el blanco haya sido el líder del Partido Republicano que encabeza las encuestas vuelve este suceso aún más sensible y con un gran potencial de impacto en la carrera electoral, aunque es difícil de predecir en este momento.
Trump y Biden han hecho un llamado a la unidad y han condenado la violencia política, pero la polarización extrema en la política estadounidense parece una «quimera» difícil de superar.
Destacados seguidores de Trump han responsabilizado al presidente Biden por el ataque, lo que refleja la profunda división política en el país.