En un partido marcado por la tensión y la incertidumbre, el Manchester City cayó 2-1 ante su eterno rival, el Manchester United, en un derbi que dejó a los aficionados con un sabor amargo.
A pesar de tener la ventaja durante gran parte del encuentro, los errores defensivos en los minutos finales resultaron fatales para el equipo de Pep Guardiola.
El inicio del clásico fue cauteloso, con pocas emociones destacadas. La lesión de Mason Mount fue lo más notable hasta que, a los 20 minutos, el juego comenzó a tomar forma.
El City abrió el marcador a los 35 minutos gracias a un gol de Joško Gvardiol, quien aprovechó un rebote tras un centro de Kevin De Bruyne.
Sin embargo, el United no se rindió y estuvo cerca de empatar antes del descanso.
La segunda mitad se caracterizó por un juego defensivo por parte del City, que buscó proteger su ventaja. Pero, en una jugada desafortunada, Matheus cometió un penalti que Bruno Fernandes convirtió en gol, igualando el marcador.
En el tiempo añadido, Amad Diallo aprovechó un gran pase de Lisandro Martínez para dar la vuelta al partido y sellar una victoria inesperada para los Red Devils.
Este resultado agrava la crisis del Manchester City, que solo ha ganado uno de sus últimos diez partidos en todas las competiciones.
Por otro lado, el Manchester United celebra un triunfo crucial que podría revitalizar su temporada tras una serie de actuaciones decepcionantes. La presión sobre Guardiola aumenta mientras su equipo lucha por recuperar su forma y aspiraciones en la Premier League.