Un jurado en Nueva York declaró culpable a Donald Trump de 34 delitos graves de falsificación de registros empresariales, poniendo fin a un juicio que ha durado semanas y marcando un hito en la historia de Estados Unidos.
El expresidente se convierte en el primer exmandatario estadounidense condenado por un delito grave y enfrenta la posibilidad de una pena de prisión o libertad condicional por su participación en una trama de pagos de dinero por silencio antes de las elecciones presidenciales de 2016. A pesar de la condena, es probable que Trump apele el veredicto, lo que podría retrasar significativamente su sentencia prevista para el 11 de julio. Por ahora, permanecerá fuera de prisión mientras espera su sentencia.
Aunque Trump recurrió sistemáticamente las sentencias judiciales en su contra, expertos legales señalan que legalmente no hay nada que impida a un criminal convicto presentarse al cargo más alto del país. Además, los estados no pueden descalificar a Trump para presentarse debido a sus esfuerzos por anular las elecciones de 2020.
En cuanto a su derecho al voto en Florida, dependerá de si es condenado a una pena de prisión y si ha cumplido esa condena en el momento de las elecciones. Este veredicto marca un punto crucial en la vida legal y política del expresidente.