La costa este y el golfo de México de Estados Unidos se enfrentan a un cierre masivo de puertos tras la declaración de huelga del sindicato que representa a unos 45,000 estibadores, la primera desde 1977. Desde la madrugada del martes, trabajadores han formado piquetes en puertos clave, exigiendo salarios más altos y la prohibición de la automatización en las operaciones portuarias. Este paro podría interrumpir la cadena de suministro justo antes de la temporada navideña, generando preocupaciones sobre escasez y aumento de precios en productos esenciales.
La Asociación Internacional de Estibadores (ILA) exige un aumento salarial del 77% durante seis años y protección contra la automatización. Aunque se reportaron avances en las negociaciones, el contrato expiró sin acuerdo. La Alianza Marítima de Estados Unidos propuso un aumento del 50%, pero fue rechazada por el sindicato. Los estibadores argumentan que sus salarios actuales no reflejan el costo de vida y el impacto de la inflación.
El cierre afecta a puertos importantes como Filadelfia, Nueva Orleans y Baltimore, que manejan una gran variedad de mercancías. Si la huelga se prolonga, podría causar escasez en productos desde alimentos hasta automóviles. Expertos advierten que cada semana de huelga podría costar entre 4,500 y 7,500 millones de dólares al PIB estadounidense.
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El presidente Biden ha instado a ambas partes a negociar y ha descartado intervenir bajo la Ley Taft-Hartley, argumentando que se trata de una negociación colectiva. A medida que la huelga avanza, los minoristas están implementando planes de contingencia para mitigar el impacto en sus operaciones.