La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, que se llevó a cabo el viernes en el exterior mostrando los íconos de la ciudad, ha generado polémica debido a las duras críticas provenientes de sectores de derecha por el supuesto libertinaje visto en la apertura.

Orbán arremete contra la presentación olímpica
Un fuerte exponente de la derecha que criticó la ceremonia fue el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien estuvo recientemente en Argentina para la asunción de Javier Milei como presidente.
Orbán se mostró disgustado con el show artístico montado en Francia, que tuvo como escenario principal el río Sena y fue presenciado en vivo por el presidente argentino Alberto Fernández y su hermana Karina desde el palco VIP.
Según Orbán, la ceremonia reflejó la «debilidad y la desintegración de Occidente». El dirigente ultraconservador criticó el espectáculo, calificándolo como la encarnación del «vacío» occidental.
El acto, de casi cuatro horas de duración, rindió homenaje a una Francia mestiza y destacó a la comunidad LGTB+, con drag queens recreando la Última Cena de Cristo.
También te puede interesar: China gana el primer oro olímpico de tiro en París 2024
Controversia en Francia
La ceremonia también generó controversia en Francia, donde la derecha y la extrema derecha la defenestraron.
Uno de los puntos de controversia fue la actuación de la cantante francesa de origen maliense Aya Nakamura, criticada por esos sectores en los últimos meses.
Otro momento que generó revuelo fue la presencia de drag queens en un cuadro artístico que hacía alusión a la Última Cena.

Los jefes del equipo artístico de la inauguración, Thomas Jolly y Thierry Reboul, defendieron la ceremonia afirmando que no buscaban ser subversivos ni escandalizar, sino celebrar las ideas republicanas de benevolencia e inclusión.