El arzobispo Edgar Peña Parra, «sustituto» (equivalente a jefe de gabinete papal), testificó en la disputa sobre la desastrosa inversión del Vaticano en una propiedad de Londres, el centro del «juicio del siglo» contra la Santa Sede.
Es la primera vez que el Vaticano es juzgado en un tribunal inglés. Peña Parra, de 64 años, es uno de los funcionarios de más alto rango que ha testificado en un caso de este tipo.
Durante más de un día y medio de interrogatorio, el arzobispo venezolano insistió en que es «sacerdote y no especialista en banca», mientras explicaba que el Vaticano había sido víctima de extorsión en el negocio inmobiliario.
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El caso fue presentado por Raffaele Mincione, financiero condenado en diciembre por un tribunal vaticano por malversación de fondos y lavado en la operación inmobiliaria de Londres.
Mincione busca ahora que los tribunales londinenses dictaminen que actuó de «buena fe».
En 2014, el Vaticano invirtió US$200 millones por una participación del 45% en la propiedad de Chelsea a través de un fondo dirigido por Mincione.
Posteriormente, la Santa Sede pagó 40 millones de libras a Mincione para salir del trato, que considera un «sobrepago fraudulento».
Se espera que el juicio concluya a finales de este mes y que la sentencia se haga pública a finales de año. El núcleo de la disputa se refiere al valor de la propiedad de Chelsea, que el Vaticano considera inflado por Mincione.